“El pensador de
Rodin es un ajedrecista a quien la han quitado
la mesa! -Ramón Gómez de la Serna -
El niño toma un caballo, que se transforma
en un Pegaso y la imaginación vuela.
Gregerias autor Gabriel
Capó Vidal
Los caballos se
acercan a los niños, bajando las orejas y al oído les relinchan con
nobleza... ese cariño que no terminara jamás.
Siendo un Rey no
entiende, porque se tiene que inclinar, al abandonar el trebejista la partida
Un arreglo tiene el
juego para siempre ganar, comprar la partida
Siempre que se
eliminan todas la piezas y los peones, ambos reyes en amena charla, se quejan
del servicio.
Después de cada
partida la torre acudía al psicoanalista para hablar de su fobia a los
caballos
La Reyna empezó a
sospechar del peón "Luth” por los
respiros que le procuraba al rey.
El alfil culpa a
Darwin de la falta de su trompa.
Una pieza que impide
el enroque, goza su voyerismo.
El tablero se aburre
sin un reloj que finalice la partida.
El tablero es el
lugar de los sueños... y agonías.
La reina extraña, los vestidos ceñidos, de cuando solo caminaba paso a pasito.
La reina extraña, los vestidos ceñidos, de cuando solo caminaba paso a pasito.
El hipopótamo siempre
quiso ser una pieza en el ajedrez, eso contaba Thal.
Hay torres que viven
en una Torre de marfil.
Aquel negro caballo
le decían el "persa", por su afición
al alcohol.
Aquel tablero de
chaturanga lamentaba, estos tiempos no son los de antes, y evocaba a los cuatro
ejércitos.
El peón holgazán piensa: no por mucho madrugar se caminan dos pasos
Al caballo la única
letra que le gusta del abecedario es la L
Aquel peón desde niño
siempre se sintió mujer y su anhelo es llegar a la octava fila
Los caballos desde el
tablero... miran a cada burro.
Aquel peón le
nombraban Filidor, por "músico"
Las piezas de ajedrez
siempre guardan compostura y juegan mejor cuando las observa Javier Vargas, con
tal de dar la nota
Aquella dama dejo las
hipocresías, siendo su naturaleza de
firzan, le dijo al rey: bésame, como si no me conocieras
Aquella dama quería
ser todo menos virgen y odiaba a los franceses
Aquella pieza bohemia
y antigua de ajedrez, llena de recuerdos, se la pasaba en las
"cruzadas"
Los caballos sueñan
que una ajedrecista los bese, para volver a ser caballeros
Los peones carecen de
ideas anarquistas
El rey prefiere
permanecer en el tablero disponiendo,
que guardado en la caja Odia el hacinamiento.
Los monarcas del
tablero son los únicos que no tienen habitaciones suntuosas para descansar.
Aquel caballo era tan
glotón, que saltando de casilla en casilla, se comió, uno a uno, los granos de
la recompensa de Sisa
En los pasillos de la
corte el alfil y la torre secretean y ríen: solo es un firzan, que acusan de ser un trepador, aseguran que se
apropio de sus movimientos y se nombro Dama.
Los antiguos
ajedreces odian a Staunton
Aquella dama contagio
a Pillsbury, desde entonces tiene una fama negra
Los peones que
caminan zigzageantes y llegan tarde a la partida, se nombran Alejin
La torre es un carro
de guerra que perdió sus ruedas.
En un antiguo
manuscrito se han encontrado los nombres de los peones, pero no los han dado a
conocer. Ha transcendido que todos fueron amantes de la reina.
A todo Staunton le
llega su Morphy.
Cuando el rey está
ausente los peones se divierten
A la ciega todos los
peones son pardos
De ajedrecista todo
tenemos un poco
De batallas y combates sobre el tablero
millares
Ajedrecista jilguero
siempre cambia el plan de vuelo
Después del rey
ahogado tapan el pozo
Después del jaque
mate, el rabo entre las patas, porque ni Dios lo quita
Dios aprieta pero
también ahoga
Donde lloran esta el
jaque
En una partida el que
mejor juega es el mirón que lo sabe todo
Hay quien, paga,
empata y goza un titulo, aunque solo se engañe.
Hablo el buey y dijo
¡Juez!
Cree eso lo de los
ajedrecistas se hacen solos y veras como dilapidarás el tiempo
La reina supo por sus
besos que él era un peón envenenado.
Miré su rating y me
dije yo me lo guiso, y me comió las piezas
En una partida llueve
a gusto de todos los mirones
Ajedrecista que solo
conoce una apertura, como al ratón, pronto le cae el gato en el gaznate
En el tablero no se
conoce el destino
Maquiavélico, avieso, el alfil se mueve sobre el tablero, con habilidad de político, nunca en el camino recto
Maquiavélico, avieso, el alfil se mueve sobre el tablero, con habilidad de político, nunca en el camino recto
Los tramposos en el
ajedrez son la misma añagaza, son como
el mismo músico, pero con diferente son. Es el mismo perro, pero con diferente
correa, la misma cosa, pero con diferente nombre. Son la misma gata, pero muy
tiznada
Todos tuvieron el
mismo sueño, después de su guerrear, convertirse en reina cuando seis peones se coronaron, aquello se convirtió en otra batalla, peleándose todas por
los afeites, la corona , el centro y el estoque.
Quien mueve al
caballo por dinero no se llama caballero
Aquel rey siempre
estaba detrás de las rocas... con Whisky
Ajedrecista tonto no
sube al podio
Para madrugar en la
apertura, uno que se duerma.
Cuando cantes jaque
mate, no digas de esta agua no beberé.
Sabio es pensar antes
de actuar, porque al necio saca de quicio
Era tan serio, como un
ajedrecista en apuro de tiempo
Si el caballo no sube
menos el rey
Quien sabe que un
ajedrecista se tiñe el pelo, es porque ante un mate le arranco los pelos
Si el ajedrez te
causa tedio, ver tv es buen remedio
Frente al ahogado no
se menciona el hubiera... porque se hace interminable el análisis
Ajedrecista que huye
no sirve para la guerra, se asusta de los peones que tira a su propio tejado
Siempre hay un Morphy
para un Stauton
Libro prestado al
ajedrecista, libro que no volverá
Todo medio juego pasa
por un laberinto
La dama y el alfil
han nombrado Duque, al pastor de las ovejas
Las piezas piensan
que les niegan el derecho de autor del mate del loco, del pastor, de pasillo,
de coz, y que eso no es legal
La especialidad de
las torres es el mate de pasillo
El caballo es el
único que da mate con la coz
Cuando el peón del
rey, observa a ciertos ajedrecistas, define y le aconseja a la reina, el mate
del loco.
Las torres dobladas
se creen una reina
Un peón presumía de
haber paseado por todos escaques, lo cual a la Reina la sacaba de sus casillas.
Ya en oscuridad de la
caja, el rey le susurra a la reina:
zugzwang
Al peón “Zenoit”
siempre los demás, le preguntaban el
pronóstico con el tiempo
Aquella reina, como
Penelope siempre estaba tejiendo… redes de mate
Aquel peón después de
llegar a la octava fila, se fugo del
tablero, cansado de los inútiles lances del su rey
El niño dibuja en su
mente, la fantasía que el ajedrez, en el despiertan: batallas, castillos… miles
de pensamientos surgen y vuelan.
Los niños piensan que
si los peones comen de lado, también así digieren.
Los niños que inician
en el ajedrez, al caballo lo mueven como
C, como A, como B, como A, como L, como L, o como O, como un caballo que
pace en todas partes
El niño toma un
caballo, y este se transforma en un Pegaso
Aquella primera clase
fue terrorífica para el niño, que supo de comer caballos, de celadas gambitos; mates, ahogados,
de un alfil malo y del Armageddon.
Muchos peones antes
de que inicie un encuentro, gritan a corro: ¡forfait, forfait, forfait!
Aquel ajedrecista
estallo en furia, cuando su rival le dijo: lo coloco
En el reino del
tablero, el rey, la reina y las piezas mayores son la aristocracia.
Aquellos peones
bastardos se rebelaron, ante el rey, su grito de rebelión fue: ¡somos una sola
estirpe!
El peón es un travestí que anhela llegar a la octava
fila
Los peones solo se
saludan cuando se comen al paso
El alfil negro
siempre añora el marfil.
El tablero rememora
la diversión de aquellos dados.
El rey si tiene que
morir prefiere morir ahogado
El alfil actual
lamenta haber perdió el "colmillo" de sus antecesores.
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